El Huapango de Moncayo: La Experiencia de Comer

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Mi madre me enseño a no criticar la comida. Aprendí bien, sin embargo hay una diferencia entre la comida y la experiencia de comer…. con la comida sobrevives con la experiencia vives.
La experiencia se puede conseguir en un lugar burgués de mantel y copa Riedel, o también en un carretón de tacos comiendo de pie – en Nicolás Bravo, entre Washington y Modesto Arreola- por ejemplo.

Podemos comer para saciar una necesidad, o podemos comer para invocar una experiencia.
Saciar el hambre es para el cuerpo, la experiencia es para satisfacer el alma.
Hoy extraño. En este tiempo recuerdo con nostalgia la visita asidua a algún restaurante . Porque justamente , a un restaurante vamos por la experiencia: a convivir en familia, a reforzar una amistad, a sellar un compromiso, a cerrar un trato, a promover la relación pública, a pasar un rato.
Para matar el hambre, un Lonchibon del oxxo basta. Para vivir la experiencia hay que agudizar los 5 sentidos, hay que ponerle intención.

La experiencia – buena o mala- es única , es individual y se conquista. A una experiencia no llegas de “oídas” de “habladas” o de “leídas” . A la experiencia hay que entrarle como se escucha por allí “ sin miedo al éxito”

Es como el baile…. nadie aprendió a bailar leyendo.

Toda proporción guardada la diferencia entre comer y la experiencia de comer es la misma que hay entre risa y alegría , entre sexualidad y erotismo.

La experiencia… es la que recuerdas hacia atrás , o la que imaginas hacia adelante; y son las que suceden , por ejemplo, cuando el capitán te recibe, cuando saludas al taquero, cuando te llega el aroma del café , cuando ves los tacos de taquería formados en la plancha, cuando se escucha el bullicio del restaurante lleno, cuando escuchas que el carajillo se “shakea” , cuando el restaurant huele a romero, cuando ves pasar una botella de vino con 4 copas, cuando la música trae un recuerdo, cuando ves sonreír a ella ,cuando tu mesa es grande y llega el mesero con pastel y velas, cuando estas en lista de espera y finalmente te pasan, cuando estás en el estadio esperando una cerveza, cuando pasas de “modo de cena “ a “modo de fiesta”, cuando estando cerca de “la Purísima” , ves palomas en el piso comiendo migajas mientras encuentras la manera de empezar a comer una torta.

Hoy extraño la libertad de esa experiencia . Mi deseo es que esto termine pronto, y poder volver sin restricción de horarios, y sin restricción de compañía a vivir a plenitud esos recuerdos.

Con nostalgia recuerdo :
Las cervezas del BBVA
Las tortas del chino Arrieta en el UNI
La mixología en la Gran Barra
Un viernes en el Indio Azteca
Un sábado en La Nacional
Una noche de terraza
Una tarde de tequilas
Unas risas con buena compañía…

Autor:

Juvencio Moncayo

@123juvencio

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