La frontera más al norte y oeste de México es un mosaico de excentricidades. Ahí convergen ecosistemas, culturas, idiomas y sociedades de países lo mismo afines que distantes. Por eso Baja California siempre ha sido un estado entrañable, un lugar para empezar de cero y hacer cosas nuevas. (Baja Med)
En ese punto esquivo y querido de la patria, se gestó una alianza improbable. Las orillas de dos mares lejanos entre sí, se unieron para crear una nueva cocina: una fusión de comida mediterránea y mexicana. Fue entonces que la cocina Baja-Med apareció como una metáfora de la globalización, una promesa de que la distancia es relativa.
Desde antes, la gastronomía de ese estado ya tenía identidad por sí sola. En el valle de Guadalupe se cultivan los vinos que enorgullecen a México. La ensalada Caésar salió de Tijuana. En Ensenada se bebió la primera Margarita. Y en Puerto Nuevo la langosta se servía como en ningún otro lado: con frijoles y tortillas de harina.
No fue sorpresa que la organización mundial del turismo encontrara motivos para declarar a esta comida como patrimonio cultural inmaterial. Baja California creó nuevas maneras de engrandecer la cocina mexicana. Y las sigue creando.
El Chef Miguel Ángel Guerrero descubrió paralelismos entre la comida de su natal Tijuana y la región del mediterráneo. Como los primeros humanos, la pesca y la cacería lo llevaron al acto primario y elemental de cocinar. Sus aficiones prosperaron: cuando caza, persigue ideas, y cuando pesca, atrapa platillos que nunca nadie ha imaginado antes.
*Fotos tomadas de su cuenta de Instagram
15 años de Baja Med Food
Esa manifestación de la pasión lo llevó a crear hace 15 años el concepto de Baja-Med Food. Éste se nutre sobre de todo de ingredientes frescos. De ahí que el menú lo definan las estaciones del año. En este esbozo de imaginación y creatividad, la convivencia entre el chicharrón, el queso Cotija y el aceite de oliva es posible. Y es, además, delicioso.
La Baja-Med food y el Chef Miguel Ángel están ganando notoriedad y atrayendo reflectores internacionales. Su invención es relativamente joven, pero popular y gustada por paladares de refinada exigencia.
Algunos de sus restaurantes son El Taller, La Querencia, El Colegio Baja Med, y La Esperanza Baja Med. En Como Comí, recomendamos ampliamente visitarlos si pasas por Baja California.
La cocina Baja-Med confiesa sus sabores francos y audaces en sus colores, su textura y su naturaleza atrevida. Es un regalo del mar, tierra, pasión e ingenio bajacalifornianos para el apetito infranqueable. Y es, sobre todo, un motivo más para celebrar la comida mexicana.
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