Siempre vamos a un restaurante exigiendo la mejor atención y servicio, pero pocas veces nos interesamos en como nosotros también podemos contribuir en otorgarle una experiencia gratificante al personal del restaurante y hacer de una visita, un momento enriquecedor para ambas partes.
1. Rapport con el mesero
Después de que el mesero te entregue los menús o tome la orden de las bebidas, pídele su nombre en caso de que no se haya presentado (esto sería pecado de el, sin embargo no afecta de manera determinante en la calidad del servicio). No le chifles, no le «shtees», no le intentes llamar con un ademán… hablarle por su nombre generará un buen vínculo y desde el inicio se orientará por brindarte un buen servicio.
2. Pregunta y pide recomendaciones.
Si ya estás en un buen restaurante, conoce a detalle las opciones que el menú te presenta… pregunta lo que quieras acerca de cómo está hecho el platillo que te interese, qué ingredientes lleva, sobre todo si vas a un restaurante que sus platillos sean internacionales. Con esto, no solo tu paladar saldrá más educado, sino tu cultura acerca de los platillos se enriquecerá. Por otro lado, pedir recomendaciones también mejorará la relación del mesero, te quitan el peso de la indecisión y ellos SIEMPRE van a saber que es lo mejor que sirven o lo que más le gusta a la gente, por lo que tus probabilidades de pasar una mala experiencia con el platillo se reducirán en gran medida.
3. Reserva y respeta el tiempo de reservación.
No aplica en todos los lugares a los que vayas, sin embargo, a la hora de querer realizar una reservación, varios restaurantes, en caso de no contar con el sistema, lo apuntan y lo consideran. Mucho más importante respetas el horario de tu reservación, cultivas el hábito de la puntualidad y respetas la organización del restaurante.
4. Siempre considera el dress code del lugar.
Aquí lastimosamente no aplica el «You can never be over dressed», la verdad es que sí. Cuando te arreglas de más para un restaurante te vas a sentir incómod@ tu e incómodos a los demás comensales. Por lo que con toda confianza (nos regresamos al punto 2) a la hora de hacer reservación puedes preguntar el código de vestimenta. Así mismo, también si vas relajado de más, puedes tener una sensación incómoda.
5. Ten paciencia y no seas groser@
Aún cuando estás recibiendo un mal servicio, no es recomendable hacer caras o gestos maleducados. Es muy importante controlar el temperamento y tratar de arreglar todo por las buenas. Un buen trato del comensal siempre estimulará un buen servicio o al menos una disposición sincera por mejorar el servicio otorgado en caso de haber presentado deficiencias.
Está de sobra mencionar que hay que ser considerados con la propina, cualquier monto entre el 12% y 15% es generoso de acuerdo a un buen servicio.
Muy importante tomar en cuenta en en la mayor parte de lugares, el mejor cliente no es el que gasta más, sino quien es más atento y respeta la profesión de meseros, cocineros, chef y personal de servicio del restaurante y así como buscamos que nos atiendan de buena manera y siempre con una sonrisa, así nos debemos de comportar hacia quien nos brinda el servicio.
Esto es una simple opinión, no pretendo sonar impositivo sobre esto que he comentado pero estoy seguro que seguir cualquiera de estos consejos, les hará pasar una mejor experiencia tanto a clientes como al personal del restaurante.
Provecho!
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